“El declive del culto de la Diosa privó a la mujer de modelos religiosos y sistemas espirituales que correspondieran a sus necesidades y experiencias. El dios masculino está presente en todas religiones occidentales y orientales.
Avatares, predicadores, profetas, gurus y budas son todos masculinos.
La mujer no es incentivada a explorar su propia fuerza y su realización. Sumisa a la autoridad del hombre, ella debe identificarse con las percepciones masculinas y sus ideas espirituales, renegar su cuerpo, apagar su sexualidad, moldear su concepción del mundo a la forma masculina.”
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