LOS VALORES FEMENINOS FUERON RECHAZADOS

"Hace más de cinco mil años que está prohibido ser mujer…

En el inicio de las eras existía la Gran Diosa, y la Diosa era la propia Tierra, Gaia, y la Tierra era la Diosa. Los orígenes del culto a la gran Diosa son encontrados en la penumbra del tiempo pre-histórico. La Diosa gobernó por miles y miles de años, años en que la Tierra vivía los ciclos lunares perfectamente en armonía con la vida orgánica de la Madre. A lo largo del tiempo la gran Madre fue siendo arrasada y relegada a la oscuridad, e inició el triunfo del más patriarcal de los arquétipos, aquel del dios padre, Allah, IHVH, que fue completamente adoptado con el crecimiento del judaísmo, del cristianismo y de la religión musulmana. Fue solamente en la forma atenuada de Maria, Madre de Dios, que algunos aspectos de la gran Diosa se dejaron subsistir. Varias Madonnas antiguas aún son resquícios del culto a la gran Diosa.

La figura de Lilith – La Luna Negra – representa uno de los aspectos de la gran Diosa. En la antigua Babilónia ella era reverenciada como Lilitu, Ishtar o Lamschtu. La mitologia judía ya la colocó en los reinos más oscuros de los demonios de la noche, reino del diablo, capaz de subyugar a los hombres y matar niños. El cristianismo hizo de ella una prostituta a causa del miedo que ella despertaba en los hombres."

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A consecuencia de ESTO:

"Nuestra civilización es enfermiza, hipócrita, psicópata. Autoridades religiosas nos enseñaron que somos pecadores, que somos un error de la Naturaleza, un error de Dios: extraña concepción de lo Divino."

Dios sería un padre incompetente, que mandó a su hijo único sufrir, de manera inútil, para salvar a una panda de vagabundos que somos y fracasó. No es así: Ni Dios no es neurótico, ni somos vagabundos.

Hace cinco mil años, más o menos, ocurrió una revolución, cuando la humanidad pasó de la vida peligrosa de la caza, debiendo enfrentar fieras, a la vida más tranquila de los pastores del rebaño. Antes, quien dominaba era la Madre, la vida, la intuición de la madre, capaz de avisar los cazadores: "No vayan por ahí, hay fieras. Pero, por allá, van a encontrar caza." Con la vida más tranquila de los pastores, esa facultad pareció menos importante y el padre pudo tomar el poder. Él tenía miedo del poder femenino: lo prohibió. Hace cinco mil años que está prohibido ser mujer. Ser mujer es un pecado imperdonable en un mundo patriarcal. La Biblia comienza por la culpa, continúa por la culpa, acaba en el apocalipsis de la culpa, y la culpa a quién se la echan? a la mujer!

La imagen máxima en nuestro mundo interior es la imagen de un Dios Padre. Y la Madre? Hacemos de Dios una palabra masculina: es un error de gramática que, de manera sutil, condiciona nuestro inconsciente. Rezamos el "Padre Nuestro", sin percibir que esa oración distorciona nuestra inteligencia, nuestra alma, nuestra sensibilidad, nuestro destino. Deberíamos rezar "Padre Nuestro, Madre Nuestra. Madre Nuestra, Padre Nuestro". Los Evangelios cuentan que Jesus enseñó esa oración. Los Evangelios no están bien informados. Aún existe un monólito de la Babilónia, grabado dos mil años antes de Cristo, que contiene, palabra por palabra, esa oración patriarcal. Somos condicionados a percibir sólo la mitad masculina de la Divinidad, sólo la mitad masculina de la Realidad. Pero quien percibe sólo la mitad, no es capaz de comprender la mitad! Ese mundo que rechazó la dimensión femenina de la realidad no es un mundo masculino, es un mundo patriarcal, un mundo de pastores de ovejas. Hasta hoy, algunas personas se hacen llamar pastores. No somos ovejas. Somos gente.

Jung, de manera confusa, habla de los arquétipos que condicionan el inconsciente colectivo. Los egipcios antiguos tenían una concepción clara de los arquétipos. Usaban, conscientemente, los arquétipos. Cuando cambiaba la época, el momento de la evolución, tenían la energía, el coraje de destruir templos, para edificar nuevos templos a los nuevos Dioses, a los nuevos arquétipos capaces de orientar una civilización. La civilización de ellos perduró cuatro mil años.

El nuevo arquétipo capaz de orientar nuestra civilización patriarcal en agonía, el nuevo Dios es la Diosa. Claro que la Divinidad, en el plano espiritual, no tiene forma, ni masculina, ni femenina. Pero, en el plan astral, en el subconsciente, tiene una forma. Consonante la forma que subconscientemente damos a lo Divino, la forma que, subconscientemente, damos a la Realidad, nuestra vida es neurótica o sana.

Estamos delante de lo desconocido. Los valores femeninos fueron rechazados. Ninguna teoría puede ayudarnos. Una teoría es sólo un fragmento de Realidad y, peor aún, trabaja sólo con lo conocido. Pero, si usáramos la imagen simbólica de la Diosa, si imagináramos y amáramos la imagen máxima de lo femenino (vamos a hacer eso de manera racional, sabiendo lo que estamos haciendo), nuestra imaginación lo va a comprender. Nuestra sensibilidad lo va a comprender.

Vamos a sentir, percibir la inmensa dimensión femenina del Universo. Entonces, vamos a percibir también la verdadera dimensión masculina de la Realidad. Vamos a percibir la Realidad y la Realidad es linda: es divina.

Para descender a lo más profundo, necesitamos subir a lo más alto. Para dominar el subconsciente más oscuro, necesita tener acceso al supra consciente. El viaje para encontrar Lilith comienza con un viaje a Urano, un viaje al supra consciente.\"*

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DESCENDER Al FONDO DE LOS ABISMOS

*De este excelente texto sólo desacuerdo en un pequeño detalle… que puede ser un pequeño todo: el viaje es, al fondo de la Noche oscura…al fondo del Abismo, al fondo de la Caverna… al fondo de nosotras mismas, no en una perspectiva meramente astrológica teniendo en cuenta a Úrano como Astro del cielo, sino al Arquétipo de la Diosa Madre y la Madre Gaia.…

Este pequeño aspecto por lo tanto, puede inducirnos de nuevo a un error…que es subir a los cielos y olvidar a la Tierra y sus profundidades. Pienso que sólo se sube a los cielos y se llega dondequiera que sea lo supra consciente, si descendemos como Innana o Lilith al fondo de nosotras mismas, y vamos desenterrando del fondo de nuestro Inconsciente colectivo a la Mujer Primordial, Lilith, aquella que conoció el Nombre de Dios, porque era Diosa y fue su igual… y por eso rechazó servir a Adán…

...Una figura misteriosa sale de las tinieblas,

Una mujer vestida de noche,

Una mujer de una enorme y profunda belleza,

Lilith, la Diosa de la noche profunda,

La Diosa rechazada, está aproximándose.

La antigua Diosa de los mil millones de años.

El tiempo de una sonrisa para usted y Ella, ya desapareció.

Pero el primer contacto con su alma profunda está hecho.

Tú lo sabes:

Ella volverá...*

Sólo así ELLA volverá, pero volverá en cada Mujer que haya integrado su Sombra, cuando ella reúna todos sus pedazos, los pedazos de mujer que fueron elegidos y los que fueron rebajados, y dejar de afirmarse en mil nombres divididos – siempre las unas contra las otras - sea como marxista, católica, atea, madre soltera, viuda, machista, feminista, lésbica, histérica, madre, amante, prostituta o esposa, cuando ella sea una sola en sí, y el Todo en sí misma.

ROSA LEONOR PEDRO

Texto copiado de http://wwwjaneladaalma.blogspot.com/