En el día y en la noche
en el tiempo y fuera del tiempo
las Guardianas custodian el Grial
en permanente lucha con el Lado Falso del Universo
Ellas son el Círculo Eterno de la Luz
en este Mundo y en todos los Mundos *

UN MIEDO ATÁVICO


El MIEDO ANCESTRAL QUE TIENEN LAS MUJERES DE SÍ MISMAS Y DE SU MUNDO ABISMAL
ELLAS HUYEN DE SU ALMA, DE SU VIENTRE Y DE SU ÚTERO...

Estaba pensando porque razón en la práctica las mujeres no responden nunca o muy raramente al llamado de la Diosa. Siempre que se trata de trabajar o beneficiar la conciencia de sí mismas, aliarse con otras mujeres o participar en un grupo de mujeres, ellas huyen de sí mismas…

Ellas ni siquiera soportan la idea de un Foro o un Encuentro sólo de mujeres…y para mujeres. Porque si fuera sobre política, relaciones humanas, religiones u otra cosa que les sea exterior, que no las enfoque en sí mismas, entonces ellas aceptan… Las mujeres están totalmente volcadas para el exterior en el sentido de servir o sacrificarse por los demás pero no a sí mismas…

Cuando se trata de encarar los aspectos de su naturaleza profunda, ellas no sólo se sienten desmotivadas sino que se manifiestan desconfiadas, recelosas…

Una reunión solamente de mujeres no les interesa… A no ser para tomae un té…o una copa por la noche, con danza africana, etc. Depende de la preferencia y de las expectativas, o van a inscribirse en las aulas de baile de salón o de danza del vientre… yoga o incluso el Tantra, sólo para asegurar las artes de seducción y poco más… o van de buen grado a participar en cualquier actividad social y altruista o cuidar de niños pobres, son voluntarias de causas nobles… los resquícios de la caridad cristiana, muy Moral y muy Noble, correcto…

Pero cuando son llamadas para cualquier actividad sólo para ellas, que enfoque los aspectos desconocidos y maltratados de su Ser, ahí ya no se sienten motivadas y raramente responden a los llamados de la reunión o encuentros con lo femenino. Consciente o inconscientemente la moral católica aún predomina y ellas continúan subyugadas al hombre y a sus leyes. Incluso cuando se declaran libres o paganas, wicas o ateas…

Ellas no se sienten motivadas para sí mismas, para su Ser interno, su lado reprimido y que sufre varios disturbios y disfunciones, y que acaban en enfermedades graves, ni aprecian la convivencia entre mujeres en un espíritu pagano y sagrado porque no entienden nada de sí mismas, porque lo que las mueve aún es casi siempre el llamamiento del sexo, o el dinero, o la familia/religión.

Y por eso es que no van a ningún lado fuera del programa mental establecido, a menos que sea con la esperanza de encontrar un nuevo compañero, un amante o un marido, o algo que esté fuera de ellas, y que las valore exteriormente en el mundo de los hombres, siguiendo el patrón de referencias establecido; incluso cuando hablan de diosas o de astrología o de feminismo, de yoga o tantra… Van a esos lugares, a los astrólogos y terapeutas, o hacen Reiki para mejorar su salud, la relación entre los hijos, los maridos y novios, para saber se encuentran empleo o suben en la escala social. Lo que predomina en los intereses de las mujeres en primer lugar, es siempre la familia, el sexo y el dinero, la carrera o evidentemente la expectativa de un marido e hijos si es joven… si fuera soltera, pero hasta viuda o divorciada.

Pero SABER DE SÍ… encontrarse con los diferentes aspectos de su Ser, con su Sombra, con la Diosa, con las otras mujeres, que le pueden reflejar conscientemente esa fragmentación, y hablar de ella, ellas huyen de eso como del diablo…y esto tiene un sentido. Podrían decir que las mujeres no son las culpables de su miedo ancestral! No. Les dijeron que muchas de esas otras mujeres eran el diablo o brujas casadas con el diablo… Todo eso asombra aún las mujeres, y viene de un inconsciente oculto por los siglos de alineación del Ser Mujer.

Así, que las mujeres realmente huyen y no lo saben, pues para eso fueron programadas, huyen de la “otra” Mujer en sí… de la Mujer Verdadera, completa…

Huyen de la Mujer Salvaje, huyen de la mujer ancestral, huyen de la “otra” que son ellas mismas, y tienen miedo de ellas como de las cobras… sí, de las cobras y de las serpientes, de las Liliths... Ellas huyen de su alma…de su vientre, de su Útero… ellas se dejan operar y que los médicos en quienes confían ciegamente les arranquen los ovários y el útero – antes seguían a los padres hoy en día siguen a los médicos – y toman comprimidos para no menstruar y creen que la menstruación es sucia y como mujeres “libres” piensan que tienen que liberarse de eso…y están condenándose a la esclavitud de un modelo patriarcal que transforma las mujeres en objetos de consumo y de procreación. Ellas continúan subyugadas al poder del hombre y están bajo su control a todos los niveles e incluso inconscientemente, cuando se juzgan independientes…

Ellas huyen de sí mismas siempre, no se conocen en esencia, ni se acuerdan de un tiempo en que realmente fueron libres…en que bailaban desnudas en las noches de luna, al sabor de los tambores y de los gritos de éxtasis y placer, y vivían su sensualidad y la maternidad plenas, y se daban unas las otras, y a los hombres, y eran semillas de vida de amor y de luz…

Las mujeres olvidaron quienes eran y porque lo olvidaron, las mujeres tienen miedo de ellas mismas, y de las otras mujeres…

Ellas fueron divididas, y peleadas las unas con las otras, y aceptan ese destino sin cuestionarse, sin revolucionarse, odiándose unas a las otras cómo eternas rivales….

Por eso ellas tienen que seguir el patrón de los hombres, de sus maestros y sacerdotes… sus padres aún son sus mentores… son fieles y orgullosas de sus maridos y dueños… Todo eso fue lo que ellos les impusieron como orden, como lógica y… tras siglos de haber sido sólo esposas castas y honradas, o prostitutas despreciadas, tienen que ser hoy abogadas, médicas y ministras, frías y racionales y huir de cualquier espejo que la otra mujer, la que osa ser y verse sin miedo, la refleje…

Estas son las mujeres aún prisioneras de los amantes, o traicionadas y maltratadas por los maridos, calladas por los jefes, despreciadas por los compañeros o exploradas por los patrones…abusadas en casa, ridiculizadas… sobrecargadas…

Ellas son sí, calladas y reprimidas y frustradas… Ellas visten y adoran la falsa imagen…y fingen ser emancipadas; pero ellas traicionan su esencia y su propia naturaleza, la naturaleza de la tierra Madre. Ellas tienen el miedo de no ser amadas… de ser perseguidas, como en el tiempo de las hogueras, o por los que juzgan y tiran piedras…aunque no sean lapidadas aquí son juzgadas siempre como putas e histéricas sino se comportan en consonancia con las leyes y la moral religiosa…

Estas son las mujeres patriarcales. De ellas no podemos esperar nada ni amor, ni solidaridad. Ellas odian a las mujeres que difieren de ellas, y hablan de ellas con irritación y rabia…

Esta es la razón profunda y plausible que pienso por la no adherencia de las mujeres a un Encuentro de Espiritualidad Femenina y que prefieran la compañía de los hombres… o de mujeres que hablan exclusivamente de hombres… son las mujeres que aman demasiado…a los hombres y no a sí mismas!

Sin duda, incluso ustedes que me leen, van a creer que yo exagero, que no pasa nada de esto y que finalmente las cosas no son tan así, y hasta alguna de ustedes acabará por mandarme a mí a el psiquiatra…remitiéndome al valor del pater…

No es fácil admitir todo esto, yo lo sé. Preferiríamos pensar que nada de esto es verdad. Y sin embargo en la práctica estamos con las manos atadas y presas, sea en nuestro conformismo o sea en nuestra impotencia, en nuestra ignorancia de lo que está en la raíz de nuestro sufrimiento en particular.

Porque a las mujeres les fue destinado un enorme vacío de sí mismas, al crearse esa separación, esa división de su ser profundo en que ellas piensan que la única cosa que las llenan es un falo… sí un falo, un sexo, un cuerpo extraño, pues se sienten incompletas sin un hombre O SIN UN HIJO. Aún hoy una mujer sin hijos o sin un hombre piensa que falló en "su" vida... Porque su destino y el sentido único que le dieron "a su vida" fue sacrificar su propia vida por los hijos, los maridos o los amantes. Destruyeron su salud para mantener la casa y la familia como la sociedad les impone… y los cánceres y las depresiones, el abandono, y todo el sufrimiento de la mujer arrojada al desprecio en los años 50…o 60…

Cambiará este paronama sin que las mujeres se cambien a sí mismas? No! Porque todavía estas mujeres mantienen el Sistema y lo alimentan con su actitud de rechazo de sí mismas, obedientes hijas del padre que son…

Si me preguntaran si yo tengo esperanza en las mujeres, ya no lo sé, pero a veces todo lo que me queda es una fe ciega en las mujeres que se levantan y son capaces de unirse contra todo y luchan para tener una conciencia de la gran dimensión del peligro que corremos todas/os, y la Tierra, si no despertamos para el femenino sagrado, para La Diosa y cambiemos este paradigma.

Rosa Leonor Pedro

ADENDA:

Curiosamente en el momento en que terminaba de escribir este texto, recibí este comentario de una amiga del facebook...

Infelizmente nosotras las mujeres sufrimos muchos condicionantes para actuar en el mundo de forma totalmente masculina. No estoy diciendo que lo masculino deba ser desterrado, pero no creo que nosotras las mujeres al copiar la forma masculina vayamos a ningún lado...

Simplemente estaríamos anulando nuestras características más sobresalientes que tanto hacen falta a nuestra humanidad. La condición femenina es extremadamente importante, y cuando se trata con poca importancia sólo puede llevar al caos.

A veces pienso que en mí alguna cosa se perdió, principalmente cuando muestro aquello que no soy, sólo por una cuestión de supervivencia, no de mí misma. Son estos condicionantes los que la mayoría de las veces nos hacen ser aquello para lo que no fuimos talladas, cuando en verdad todo sería diferente si cada uno/a supiera ocupar su debido lugar, o sea cada "mono en su rama", y no vulgarizar tanto la condición femenina como la masculina. Unión, complementaridad, comunión, respeto, valores esenciales, que se hacen urgentes para la actual humanidad.

Comentario de Ana Paula Días

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