"Lilith fue reprimida para dar lugar a Eva. Eva representa por lo tanto la mujer vista, educada, modelada por el hombre. Eva está incompleta, le falta alguna cosa: se trata del aspecto Lilith que ella a veces toma cuando se rebela; el aspecto que Eva tomó, cuando comió la manzana; el aspecto que tomará la Virgen Maria al dar a luz un hijo que se rebelará contra el padre e impondrá una nueva ley, el Evangelio (la buena nueva) del Hijo (y de la Madre). Así se procesa el pasaje del Judaísmo (Paternalismo) al Cristianismo primitivo (Maternalista), que será inmediatamente recuperado por las autoridades patriarcales, y desviado de sus verdaderos objetivos.”
*En La Femme Celte, Jena Markale, Petite Bibliothèque Payot
Este texto mencionado por un historiador francés y hombre muy lúcido y culto, es raramente visto y dicho por cualquier espiritualista o erudito, y tampoco es mencionado por mujeres que se inclinan sobre la cuestión de la mujer y de la Diosa. Estos aspectos escaparon a la comprensión de muchas estudiosas religiosas, siendo éste un punto-llave de nuestra cultura, y el punto de desmitificación del propio cristianismo en relación a las mujeres. Cristo por supuesto venía a unir a las dos mujeres que el judaismo separó, y su evangelización fue siempre en ese sentido, habiendo sido totalmente desviado de su propósito por los patriarcas. Por esa razón y entre otras, lo que los Maestros del pasado o del presente me tienen para enseñar, poco me interesa mientras no sea resuelto ese cisma… Cualquier Maestra que ignore esa división en la mujer y quiera pasar en blanco por ella, no merece mi crédito, ni me interesa…
Veo a las mujeres, a las más espiritualizadas, presas en éste cisma y ni siquiera se dan cuenta de su propia división y lucha interior, van en busca del amor o de la salvación, sin primero resolver una cuestión que es básica. Y éste es mi punto de discordia con las diversas espiritualidades señaladas como caminos.
En el Paganismo sucede el mismo error, aunque el foco deje de ser Dios para ser La Diosa, no deja de ser tan perjudicial como la primera…La mujer en sí es blanqueada… Quedan las Vertientes de Eva y Lilith, un mito desaparecido, una sombra odiada…la serpiente maldita que refleja el miedo de las mujeres de sí mismas y el rechazo de la Madre Tierra…
A veces doy una vuelta por los blogs que tratan de la Diosa…que hablan de diosas y sacerdotisas…y confieso que también quedo decepcionada.
Normalmente lo que leo son descripciones de diosas, unas casi insignificantes, otras extraordinarias, muy bien hechas, pero no menos plásticas que las de las mujeres de silicona, presentando a las diosas de varias tradiciones, o civilizaciones, y nunca o raramente enfocando a la mujer como Diosa, o existiendo una dinámica de la diosa en la mujer. No hay una indicación del trabajo que debe ser hecho con la mujer primero…Un trabajo psicológico e iniciático, una descendida a las profundidades del ser mujer, del inconsciente y de las propias células…
Por eso, cuando yo hablo de diosas, en mujeres y diosas, yo no hablo de cultos ni de rituales, ni de mujeres buenas y otras malas, yo pretendo hablar y mostrar los dos aspectos de la mujer que deben ser activados y vivenciados e integrados HOY, y no como historietas que ilustran una cosa pasada, o viviendo a la sombra de nuestro pasado remoto, ni tampoco contentarme con el éxito y el trabajo de las grandes mujeres de nuestra sociedad de hoy!
Es cierto que es importante, y necesitamos conocer nuestra historia, antes del cristianismo, nuestro pasado verdadero, pero no nos contentemos con eso, necesitamos ahora desmistificar el mal que la Iglesia nos hizo … al dividirnos en dos mitades…
¡Nosotras tenemos que trabajar con nuestra realidad, y con nosotros mismas hoy! ¡Nosotras tenemos que ser Mujeres y Diosas!
¡Hoy!
Es hoy y no mañana que nosotras tenemos que transformarnos en Diosas… Dando lugar a nuestro lado escondido, enfrentando nuestra sombra, trayendo a la superficie a la mujer oculta, a la mujer verdadera, aquella que no nos enseñaron respetar y a amar… Aquella que dividieron y separaron en dos, aquella que nos dijeron que era mala porque no era obediente… Aquella que castraron apenas comenzaba a sentir ese otro lado que intuía, ese lado grande y mágico, porque esa es la verdadera magia y los misterios de la mujer…
Mi trabajo no es propagar cosas pasadas y místicas o extrañas y extravagantes, cosas excéntricas de videntes y adivinos, o de grandes mag@s patológic@s, de grandes feministas y sus grandes hechos… Sin cualquier relación con la mujer de nuestros días, sin una relación directa con cada mujer de hoy.
Yo no hablo solamente de arquetipos, de representaciones y símbolos, de diosas de la mitologia griega o romana, sus celos y sus rabias … Hablo de la mujer viva y de la diosa viva en la mujer… De la mujer común, de la mujer vulgar, de cualquier mujer! Hablo de cómo la Iglesia separó y dividió a las dos mujeres a lo largo de los siglos, en las imágenes de Maria, la madre, Virgen inmaculada y amante, ¡María Magdalena, la pecadora! Cómo dividieron a la mujer entre la santa y la pecadora… Esa fue la gran división de nuestra naturaleza en dos…
Yo sé que esta noción de que la mujer es igual a la Diosa, es muy difícil de integrar en la realidad y en nuestro día a día; sé que la conciencia de lo femenino esencial, el lado místico e interno, para poder aparecer como una cosa natural e inherente al hecho de ser mujer es difícil; y finalmente ella no deja aparecer como una realidad visible su lado subjetivo. Se hace casi impensable hablar de sí misma, y de como se siente, porque tiene miedo del ridículo y porque aún está presa en estereótipos y oprimida hasta a la médula, y por lo tanto las diosas no pasan de ser teorías bonitas e imágenes fantásticas fueras de serie, pero todo lo que se escribe termina en teorías sobre diosas de éste y aquel entonces... Con sus cultos, creencias o rituales… Y hasta pueden haber prácticas y que se hagan reuniones, formarse grupos bienintencionados... Pero si la conexión de las dos mujeres no se hace primero dentro de cada mujer y ni siquiera se piensa en esa división inicial de Eva y de Lilit, si no se tiene alguna conciencia de esa división en sí, de la necesidad de integrar a la “otra”, no importa que otra, eso acabará por desunir a las mujeres, y acabará con los grupos… Porque las mujeres luchan entre sí y con sus rivales, aquellas que representan en el grupo su sombra.
Y nuestra sombra se refleja (in) justamente en aquella que rechazamos y tememos, no importa que nombre le demos. Antes de empezar cualquier camino, iniciación o ritual, tenemos que mirar y validar ese otro lado de nosotras. Y si el primer trabajo de la mujer no es consigo misma, no llegaremos a ningún lado, y todo lo que haremos será contarnos lindas historias las unas a las otras... De ese modo nunca saldremos del mismo plan en que nos colocaron los patriarcas y las religiones, porque estaremos evocando también religiones y rituales del pasado, que fueron falsificados hace centenares de años y no sabemos cómo. Si percibimos que es dentro de nosotras donde tiene que ocurrir el cambio y que éste es el punto esencial, integrar a las dos mujeres en nosotras, y que éste sí es forzosamente el punto de partida para cualquier comienzo en el camino de la Diosa, ¡hasta entonces no percibiremos nada de la Mujer, ni de la Diosa!
Rosa Leonor Pedro
3 comentarios:
Me encantó leer esto, gracias por publicar siento que me nutro con cada cosa que leo. Me gustaría publicar un extracto de este escrito en mi blog, si no tienes problema con esto, sería solo un párrafo y pondría el link hacia aca para quien quiera leerlo completo. Espero tu aprobación. Muchas gracias!
Hola Mujer Salvaje!
Me alegro mucho que te haya gustado el artículo, puedes ponerlo en tu blog sin ningún problema, voy a echarle un vistazo a tu blog ;-)
Un beso
Bien! Muchas gracias!!
Eres bienvenida en mi blog :)
Saludos!
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