En el día y en la noche
en el tiempo y fuera del tiempo
las Guardianas custodian el Grial
en permanente lucha con el Lado Falso del Universo
Ellas son el Círculo Eterno de la Luz
en este Mundo y en todos los Mundos *

LA MAGIA EN ACCIÓN

ESPIRITUALIDAD DIÁNICA

(Traducido al portugués por Aphrodisiastes)

He hablado sobre el Nacimiento del Movimiento de la Espiritualidad de las Mujeres en mis discursos. Describí nuestro primer Sabbath, (en el Solstício de Invierno, el día 21 de Diciembre de 1971, en Hollywood, California); como el punto de inicio de la espiritualidad de las mujeres. Esa historia está en mis libros, The Grandmother of Time (La Abuela del Tiempo) y Grandmother Moon (Abuela Luna).

Un asunto sobre el que nunca hablé, fue sobre como estuve yo allá. ¿Qué me hizo levantar esta bandera de la Diosa? ¿Qué me mantiene conduciéndola durante todos estos años? ¿Qué saqué de esto personalmente? Es más difícil hablar sobre mí misma, que sobre filosofía, teología, política, feminismo, o cualquier otra cosa excepto mi trayecto personal. ¿Por qué he sido tan tímida? ¿Estoy avergonzada de algo? ¿Por qué?
(…)

¿Donde estábamos? Nosotras acabábamos de salir de los años sesenta. América estaba cambiando. Dios había muerto y las mujeres estaban marchando. Las mujeres estaban marchando por la paz y por la libertad para controlar sus cuerpos, yo estaba marchando por la paz y la libertad del alma. Yo absorbí el pasado feminista, leí a Susan B. Anthony; pero por encima de todo, me modelé según Elisabeth Cady Stanton, la rebelde espiritual del siglo 19. Su notable vida productiva, un milagro por sí sólo, me fascinó. Esta mujer crió siete niños y escribió todos los discursos para Susan B., su mejor amiga. Una solterona, la tía Susan, cocinaba y ayudaba a cuidar a muchos niños, sólo para dejarlo claro, ella hizo que un óptimo discurso sobre la lucha por los derechos del voto de las mujeres, hubiera llegado a las calles. Yo leí acerca de estas mujeres que habían trabajado mucho por un derecho que las demás mujeres deberían agradecer ahora, y gradualmente comencé a percibir que yo también tenía un destino.

También fue un año fatídico para una única mujer que quería generar un cambio. Para continuar en este trayecto, una mujer necesita de un deseo incontrolable, de un deseo
profundo que se alimente en la más honda fuente de la psique humana, en las cavernas de las Moiras. De ahí en delante ella debe desistir de todo lo que no la conduzca a su meta. Ella debe tener un cambio total en las circunstancias, dejando atrás familia y casa. Ella debe encarnar esa alta meta, respirarla, vivirla, manifestarla. Y al hacer eso, ella se da a luz a sí misma. Para mí, eso significó dejar mi boda, la Costa Este, y la Ciudad de Nueva York.
(…)

Mi madre era psíquica, y yo percibí que era la heredera de una tradición de poder femenino. Fui lentamente descubriendo el principio femenino en mi propia persona. Ser una mujer nunca fue una duda para mí, yo era femenina y despierta. Pero ahora yo pertenecía a un grupo más amplio de mujeres, y sus destinos afectaban directamente al mío. Lo que sea que hubiera sucedido a este grupo de mujeres, me estaba sucediendo a mí. Que extraño. Ser mujer era ahora una cosa compleja, de hecho, era totalmente revolucionario. ¡Quién habría pensado que con mi identidad femenina podía hacer tanto! Yo quedé encantada con esto, aproveché la atención, y sentí que estaba ganando confianza.

Se necesita la voluntad de un pequeño grupo que esté en consonancia con la mujer personificando la voluntad, para crear una “meta sagrada” o una “misión”. Las mujeres están hechas para misiones, nadie defiende mejor que la mujer. Cuando una mujer comienza alguna cosa, centenares de mujeres comienzan otra, y luego miles comienzan otra más, y eso crece, el fenómeno se revela. Una misión es alimento para la vida – el alimento del alma. Ahí es cuando la mujer vigorosa reconoce su alma, y le da la bienvenida. Las misiones son historia. Las misiones son necesarias. Si tú no tienes la energía para defenderte por ti misma, nadie más lo hará. Por eso es las mujeres deben defenderse a sí mismas: los hombres nunca lo harán (véanlo en la propia historia). Muchos piensan que nosotras conseguimos ir muy lejos con esto de “la liberación femenina”. Yo digo que no fuimos lo suficientemente lejos.

¿Cual era la misión? Cuando todos aquellos factores se unieron –el movimiento de la Liberación Femenina, mis lecturas sobre el Movimiento de los Derechos de las Mujeres, la psicología jungiana, y la mitología– yo percibí que el Movimiento estaba necesitando de una dimensión espiritual. Nosotras necesitábamos recuperar a la Diosa para las mujeres, y generar una nueva cultura pacífica que incluyera las artes sagradas. Nosotras necesitábamos recuperar, la veneración por la naturaleza, las devotas de la Diosa, y llenar esas actividades con energía. Ofrecer recursos para las mujeres, y hacer de las mujeres un recurso importante para el país. Traer de vuelta a la Señora, a la gran Diosa que yo había venerado como la “Mujer Feliz", y “Boldogasszony” cuando era niña.
(...)

Continúa...

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