En el día y en la noche
en el tiempo y fuera del tiempo
las Guardianas custodian el Grial
en permanente lucha con el Lado Falso del Universo
Ellas son el Círculo Eterno de la Luz
en este Mundo y en todos los Mundos *

LAS FRONTERAS ENTRE LAS MUJERES

SENTIR LA FUERZA DEL ARQUETIPO

Exactamente, como dice la escritora Jean Shinoda Bolen, en el texto de abajo, puede haber una atracción de una mujer por otra mujer, y esa atracción no tener nada que ver con la orientación sexual, y ser sólo un espejo de sí misma, momentáneamente, lo de la “otra” mujer en sí que se quiere revelar o manifestar, y que crea esa simbiosis de las almas y también eventualmente de los cuerpos, en que “las fronteras entre ambos se disuelven, y una unión que acompaña la totalidad de ambos cuerpos y auras tal vez surja, trayendo vagos recuerdos sensoriales de la unión madre-hija, o ser la primera vez que ese arquétipo es sentido”, sin que eso sea revelador de una sexualidad transgresora cómo nos quisieron hacer creer los hombres “eruditos” y los padres, los que propugnaron durante décadas lo que era la sexualidad femenina, y la forma de ser de la mujer, además de los tabúes de la Iglesia, anteriores al psicoanálisis, e impuestos durante siglos a las mujeres.

Las mujeres siempre fueron juzgadas por su sexualidad simplemente por tenerla o por vivenciarla. En ambos casos la mujer era condenada sólo por eso, a menos que fuera una casta esposa y sólo procrease…

Muchas mujeres modernas, siguen defendiendo a psicoanalistas como Freud o Lacan, y aceptan sus presupuestos como verdades acerca de sí mismas y de su sexualidad, como la estúpida idea de la envidia del pene, o la idea de que el falo es lo determinante en la expresión del ser (la palabra), y continúan dudando de sí mismas, y de la voz de su útero, así como de las otras mujeres, y de lo que estas les reflejan, o les dicen. Las mujeres continúan aprisionadas a los patrones del pensamiento masculino, y todavía viven totalmente presas de sus conceptos…

La pregunta que urge y que no se puede aplazar por más tiempo es, justamente, "¿La sexualidad femenina es una experiencia de las mujeres, o un discurso masculino sobre la sexualidad femenina?" (Emilce Bleichmar)

Y aquí la respuesta sin duda es, que verifiquemos que la falta de conciencia de la mujer de sí misma, al nivel de su sexualidad o de su emocionalidad, es todavía un factor generador de enorme confusión, y que esto se manifiesta en paranoias,  y miedos de las mujeres acerca de su cuerpo y de su imagen, en las ideas medidas que los hombres predicen, de si son flacas, de si tienen los senos grandes o pequeños, sometiéndose a las operaciones estéticas y a la silicona, arriesgando su salud, incluso las más jóvenes. Y que esta imagen idealizada, es la causa de su hostilidad en las relaciones con las demás mujeres, y las clasificaciones sexuales reductoras a las que están sujetas, que las minimizan y degradan en su aspecto íntimo, siempre que procuran dar un sentido a eso de adentro que las mueve, y las intenta despertar para otro aspecto de sí mismas, el de la mujer auténtica y sin complejos, porque se acepta como es en realidad.

Las mujeres no son sólo las madres, que a veces o casi siempre fallan en su papel con las hijas, son esencialmente las parteras de la conciencia unas con las otras, como ya fueron las iniciadoras del arte de amar, y son aún los espejos que las pueden convertir en cómplices, en vez de enemigas, en madres y hermanas, en vez de rivales, superado el drama del antagonismo creado por el catolicismo y cuyo odio se revela siempre fuera, contra la otra mujer por la sospecha o por la intriga...

Son las mujeres que hoy pueden ayudar a otras mujeres a través de todos los medios a su alcance; ya sea a través del baile, la música, los círculos, las terapias, los libros, las conversaciones entre mujeres… Todo lo que promueva el encuentro entre las dos mujeres divididas, y las confronte con Eva y sus vertientes de Lilith, la liberadora, la gran iniciadora remitida a los infiernos de nuestra psique. 

Es preciso que las mujeres liberen sus cuerpos y sus emociones, sin ser únicamente mediante la obsesión del hombre y del acto sexual, sino a través de su genuina sensibilidad y sensualidad, y para que eso suceda las mujeres tienen que perder esa enemistad creada entre sí por los patriarcas, y aprender a confiar las unas en las otras. Sin dar ese paso, será muy difícil que las mujeres salgan del control de los hombres, y huir de los estigmas que las marcan y las hacen dependientes, neuróticas, histéricas y aún más grave, deprimidas o somatizando sus dolores y frustraciones en cánceres del útero, mama, ovarios... 

De una vez por todas, es preciso que se entienda que las enfermedades de las mujeres están relacionadas con la opresión y la represión de su verdadera sexualidad, y de su naturaleza profunda, de su intuición, principalmente de sus emociones, privadas de su vida instintiva al dejar adormecido su enorme potencial – el arquétipo de la Diosa y el poder interior que las caracteriza como Mujeres y Diosas.


Rosa Leonor Pedro



ANHELO

Me deseo a mí misma
en el cuerpo etéreo de una mujer sublime,
como preciso del aire que respiro.

Deseo verme y sentirme entera
en mi cuerpo completo
como si reinventase otro ser...

Y como si mis sentidos fueran mágicos
desdoblarme...

Y del aire, del éter o del prana,
por la fuerza de mi anhelo
apareciera un nuevo ser en mí
que me amara hasta a la consumación.

Quería que por magia,
yo misma me transformara
en sustancia etérea
y se liberase mi alma de la esclavitud
desde cuerpo denso de piel y deseo...

Quería ser águila y vencer el dragón.

 
EN MUJER INCESTO- SONATA Y PRELÚDIO
ROSA LEONOR PEDRO

2 comentarios:

Yanakilla dijo...

Para mí la sexualidad femenina es acercarme a mi cuerpo, es ir desmontando las ideas patriarcales incorporadas en mi cuerpo desde que nací, es fantasear, es placer desde mi fuente de placer, es sacar a mi mujer salvaje a pasear, es permitirme ser más alla de lo que me dijeron ser, es no sentirme culpable, es reinventarme, es infinito.
un abrazo desde quito!!

María Magdalena dijo...

Gracias por comentario Lua!
Un abrazo!